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Banco Interamericano de Desarrollo (BID) “Batalla geopolítica por el control”
Final abierto y de consecuencias enormes para la relación de Estados Unidos con el continente. Pone en duda el papel de un banco clave para la recuperación de América Latina tras la pandemia de coronavirus
Banco Interamericano de Desarrollo (BID)” Lucha por el Control”
Tomar el control del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) forma parte de la agenda latinoamericana del presidente Donald Trump.
Uno de sus objetivos es convertirlo en una herramienta para detener la corriente de inversiones de China en la región y condicionar los futuros créditos de ese organismo multilateral dentro del enfrentamiento global con Pekín.
En el proyecto de Trump “Estados Unidos, Primero”, no hay contradicciones.
Así un día puede anunciar que reducirá las aportaciones de Washington al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y más tarde reclamar para un estadounidense la dirección de esa entidad de financiamiento.
Al nominar a Mauricio Claver para el cargo que dejará vacante en este mes el colombiano Luis Alberto Moreno, al frente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) desde 2005, la Casa Blanca rompió una tradición de 60 años.
Mientras Europa elige al jefe del Fondo Monetario Internacional y Estados Unidos al del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) queda para América Latina.
“Algo que va más allá de la tradición, no está prohibido”, argumentó el vicecanciller estadounidense Mike Kozak, en una entrevista la semana pasada en Washington.
Recordó que algunos de los cuatro presidentes del banco han tenido doble nacionalidad, incluida en un caso la ciudadanía estadounidense.
La decisión de Trump generó resistencia dentro y fuera de la región.
La candidatura al puesto en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de la expresidenta de Costa Rica Laura Chinchilla, aupada por Pekín y algunos de sus aliados en la región, compitió hasta la semana pasada con la del secretario de Asuntos Estratégicos de Argentina, Gustavo Beliz, que está en mancuerna con la Unión Europea.
Costa Rica, Chile, México, Nicaragua y Perú también respaldan a Argentina y la Unión Europea en su propuesta de posponer las elecciones hasta marzo próximo en un ambiente postcoronavirus.
Obstáculos para Trump
Estados Unidos acusó a Buenos Aires de “obstaculizar y secuestrar la elección”. Y le pidió a Josep Borrell, canciller de la Unión Europea, que se abstenga de interferir en la próxima elección del presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
“La Unión Europea no tiene ningún papel en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). No es parte de él. Algunos de los Estados miembros sí son parte del banco”, dijo Mike Kozak.
Josep Borrell actúa con doble cara.
Apoyó la reciente renovación del directorio del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo y del Banco Africano de Desarrollo, pero trata de posponer las elecciones en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con el argumento sanitario del coronavirus.
“Argentina y sus aliados, simplemente buscan forzar una táctica obstaculizadora con una minoría de países.
Cualquier intento de secuestrar una elección, a pesar de un reglamento muy claro, sería no solo no democrático, sino también un esfuerzo que Estados Unidos va a enfrentar muy profundamente”, aseguró Claver en una entrevista con periodistas de América Latina.
Detrás de este conflicto diplomático existe un juego de poder que se apoya en el supuesto de una derrota de Trump en las elecciones de noviembre frente al candidato demócrata Joe Biden.
El influyente diario argentino La Nación opinó este fin de semana que Trump cree que puede usar al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para apuntalar su agenda regional y trazar una raya a China en el continente.
En tanto que Fernández y Josep Borrell –por distintas perspectivas políticas y diplomáticas– consideran que Washington se ha excedido en el uso de su propia fuerza y decidieron derrotar a Claver.
“Esta sucesión de movidas destinadas a bloquear la elección de Claver, fueron diseñadas en conversaciones secretas que se hicieron entre Buenos Aires y Bruselas.
Fernández y Josep Borrell no quieren que Washington controle la asignación de los créditos blandos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Y darán pelea para cumplir este objetivo geopolítico”, aseguró, por su parte, el rotativo Clarín.
Es un enfrentamiento directo para impedir la captura por parte de Estados Unidos de ese organismo multilateral de financiamiento.
Consecuencias para Argentina
El Gobierno de Argentina puede tener fuertes motivaciones para oponerse a la candidatura de Washington, las que sin duda traerán también consecuencias.
Buenos Aires está en un momento delicado porque necesita el voto de Trump para la aprobación de un nuevo acuerdo en la junta directiva del Fondo Monetario Internacional (FMI) que le permita posponer pagos por $44,000 millones en cuatro años y aliviar su enorme peso sobre una economía en bancarrota.
Trump sabe que Fernández especula con su derrota frente a Biden, y aguardará su oportunidad para cobrar su cuenta política.
“En Washington ya avisaron que, si hay reelección, el presidente Fernández pagará en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Si derrota a Biden, allí estará Trump. Esperando su turno”, anticipó el diario madrileño El Mundo.
Cynthya J. Arnson, directora en Washington del programa de Latinoamérica del Woodrow Wilson, culpó a los países latinoamericanos de no ponerse rápidamente de acuerdo sobre un candidato y así evitar la maniobra de Trump.
“Los egoísmos y nacionalismos detrás del fracaso de unirse alrededor de un sucesor para Luis Alberto Moreno (en un momento hubo seis candidatos) han abierto la puerta a la reafirmación del unilateralismo estadunidense.
La región y el poder blando de Estados Unidos sufrirá como resultado”, dijo al diario español ABC.
Efectos en el continente
Esta verdadera batalla geopolítica por el control del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tiene un final abierto y enormes consecuencias para la relación de Estados Unidos con el continente.
Trump está atento a la elección de este fin de semana en la sede del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Washington y no va a echar pie atrás en la candidatura de Claver, uno de los artífices de la política regional de Washington.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es un proyecto personal de Trump que trasciende su mandato. Y será una pieza clave en el reposicionamiento de empresas estadounidenses en América Latina y el Caribe.
México, por ejemplo, anticipó que espera atraer a su territorio aquellas firmas que están dejando China.
La semana pasada el presidente Laurentino Nito Cortizo sancionó una ley para el establecimiento y operación en el país de empresas multinacionales de manufactura ligera, ensamblaje y plantas de producción.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con una cartera de crédito anual de $10,000 millones para financiar programas sociales y de infraestructura, es clave para la recuperación de América Latina tras la pandemia de coronavirus.
Estados Unidos, por su parte, es el mayor accionista del banco, con el 30% de los votos, acorde con sus aportes económicos.
Claver tiene el apoyo de 19 de los 26 países que reciben préstamos –incluyendo Panamá– que son los que eligen al presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Trump confía en que cuenta con los votos necesarios y ganará esta elección. Para la reelección faltan más de 50 días.
Noticia: Demetrio Olaciregui Q.
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