RailWhay un tren de potencial turístico que reinicia sus operaciones
El paisaje pasa rápidamente por los amplios ventanales de los vagones. Es un viaje único y siempre lo fue, desde 1855 cuando se construyó y se convirtió en la primera vía férrea que atravesara un continente
Tren RailWhay “alto potencial turístico”
El ferrocarril de Panamá retomó operaciones el pasado 30 de septiembre, para cumplir con el transporte promedio de mil contenedores diarios entre los puertos a las entradas del Canal de Panamá.
Después de tres meses desde el colapso del puente sobre el río Chagres, en Gamboa, las reparaciones dejaron todo listo. La noticia también es esperanza para el mundo turístico, que vislumbra la reapertura de su oferta de transporte de pasajeros.
El puente fue derribado por el Blue Bill, un gigantesco buque de 37,058 toneladas, 200 metros de manga, que sin control salió del corte Culebra y chocó con las estructuras del viejo puente construido en 1908.
Este es un episodio más en la rica historia del ferrocarril de Panamá. Si quiere saber cómo es la famosa gira en el tren, aquí se la contamos.
RailWhay “La gira en el tren”
El paisaje pasa rápidamente por los amplios ventanales de los vagones. Es un viaje único, y lo fue desde 1855 cuando se construyó y se convirtió en la primera vía férrea que atravesara un continente.
A todos asombró la estrechez de solo 80 kilómetros, del istmo de Panamá. De otra manera no hubiera sido posible esta hazaña de la ingeniería.
Para ese tiempo los estadounidenses ya eran expertos en construir ferrocarriles, pero no a través de una traicionera jungla como la que encontraron en Panamá.
Hoy el viaje se hace en menos de 60 minutos y se ha convertido en una gira que gusta a los turistas de cruceros, de convenciones, o al visitante en general.
En años pasados, los pasajeros de los cruceros de la línea Royal Caribbean escogieron la gira del tren como su preferida.
Seguramente por la comodidad de sus vagones, por la historia que les refieren sus guías y por el hecho geográfico de unir vía terrestre a los océanos de las Américas y recorrer las orillas del Canal de Panamá.
El lago Gatún, con sus verdes y espesos bosques, es protagonista del recorrido.
Aunque los pueblos perdidos del siglo XIX que adornaban la línea ya no pueden ser vistos, porque desaparecieron al represar el río Chagres para formar el camino de agua para que los barcos pasaran, o por la drástica orden de un presidente de Estados Unidos, que eliminó la propiedad privada en el territorio de la Zona del Canal.
Este dramático detalle conmueve a todos.
Es emocionante cruzar este importante río por el puente de hierro en el sector de Gamboa. Es en ese punto, sus aguas comienzan a detenerse y se va formando el lago; también allí converge la salida del corte Culebra. Es el tajo que venció las colinas más altas en la ruta canalera.
Dicen que para excavarlo se utilizaron más explosivos que en la Primera Guerra Mundial y que murieron muchos obreros negros que llegaron de las Antillas inglesas.
Se pueden ver navegar los gigantescos transatlánticos, la división de dragas de la Autoridad del Canal de Panamá y la cárcel de Gamboa.
Enseguida viene el túnel que engulle la caravana y todo se oscurece; después el tren sale y baja al valle de Paraíso.
Esta forma de transporte fue muy especial para la antigua Zona del Canal cuando no había carretera Transístmica.
Era la única manera de que los habitantes de los pueblos que albergaban a los trabajadores se comunicaran.
El traqueteo de las ruedas del tren y su potente silbato se podían oír varias veces al día. Había estaciones en Colón, Cristóbal, Mount Hope, Gatún Gamboa, Paraíso, Pedro Miguel, Corozal, Balboa y Panamá. La salida, el paso y la llegada del tren marcaban el ritmo diario de estas poblaciones.
Hoy los turistas bajan de las embarcaciones que llegan al puerto de cruceros de Colón 2000 y van a la estación en las afueras de la ciudad, o salen de sus hoteles en la ciudad de Panamá y van a la estación terminal de Corozal, y comienza la aventura.
Es fantástico rememorar el viaje que hicieron tantos aventureros que cruzaron por Panamá a buscar oro en California, o los franceses que usaron el ferrocarril en su empeño fracasado de construir el canal en los años finales del siglo XIX.
O conocer cómo los estadounidenses, a principios del siglo XX, utilizaron el tren para excavar la zanja, sacar material rocoso y transportar a trabajadores; en fin, fue la herramienta utilizada para realizar la epopeya de construir una vía entre dos mares.
Hay muchas otras cosas relacionadas con el tren. Se dice que bajo cada durmiente hay un obrero muerto. Hoy los rieles son modernos y no están separados por lo que el viaje es muy placentero.
También se dice que, para la construcción, la primera vez, llegaron chinos a los que se les pagaba una parte de su salario con opio, y cuando dejó de hacerse se desató una ola de suicidios.
Que por esos días hubo un texano, Ran Runnels, que ahorcó a los que asaltaban en la ruta. Que aquella operación ferroviaria fue posible gracias a un acuerdo entre Nueva Granada (Colombia) y Estados Unidos.
Que la llegada del tren destruyó la forma económica del arrabal de Santa Ana y el arreo de caravanas de mulas por el Camino de Cruces.
Que provocó el cierre de los hoteles en Ventas de Cruces, una población sobre el Chagres, en Gamboa.
Pero, en general, fue un medio de transporte que hizo renacer la ruta comercial de Panamá y le dio el sello de rápida y segura.
Igualmente se dice que el ferrocarril de Panamá fue una millonaria inversión de empresarios de la ciudad de Nueva York, que hasta fundaron una ciudad a la que nombraron Aspinwall, que luego cambió su nombre por Colón.
Los turistas también pueden ver las islas de la calzada de Amador, la entrada del Canal por el lado del Pacífico, y la ciudad de Panamá. De forma efectiva, cruzan el istmo y viven la experiencia de estar en dos mares, en poco tiempo.
Desde acá, el turista desembarca en Colón y visita el mirador de Agua Clara, desde donde se aprecia la espectacular operación de las esclusas en el Canal ampliado.
Allí hay un teatro donde explican toda la historia y el funcionamiento de la vía interoceánica con un interesante video. En el sitio hay un mirador con ventanas, un restaurante y una tienda de souvenirs y antigüedades.
Fue la empresa estadounidense Panamá Canal Railway la que construyó el tren con una inversión de $80 millones, y lo hizo para transportar miles de contenedores entre el puerto de Balboa y los del Atlántico, Manzanillo International, y Cristóbal.
Pero además ofrece el recorrido a pasajeros, con tarifas de $25 adultos, niños $15.00 y jubilados $17.50. El horario de salida de Panamá es a las 7:15 a.m. y la salida de Colón, a las 5:15 p.m.
Conozca la más emocionante gira de nuestro turismo, la del tren. Esto es una prueba de lo que ofrece el nuevo plan maestro del Turismo, que incluye una experiencia cultural en nuestro país.